(Basado en Jueces 4: 1 al 14)
Por: Myriam J. Barrera Pérez
(Miembro
de la Iglesia
de Dinamarca 650
Temuco
– Chile).
Inicio este tema preguntando: ¿Qué te sugiere la palabra juez? Podríamos
decir que es sinónimo de árbitro, o justiciero. La definición más sencilla en
el diccionario es: Un magistrado u
oficial civil, encargado de juzgar y sentenciar. Ahora, ¿qué les sugiere la
palabra profeta? El diccionario la define como: El que predice las cosas por inspiración divina.
Si leemos
algunos versículos del Libro de Jueces 4:1 al 4 “Después de la muerte de Aod, los hijos de Israel volvieron a hacer lo
malo ante los ojos de Jehová. 2 Y Jehová los vendió en mano de Jabín rey de
Canaán, el cual reinó en Hazor; y el capitán de su ejército se llamaba Sísara,
el cual habitaba en Haroset-goim. 3 Entonces los hijos de Israel clamaron a
Jehová, porque aquél tenía novecientos carros herrados, y había oprimido con
crueldad a los hijos de Israel por veinte años. 4 Gobernaba en aquel tiempo a
Israel una mujer, Débora, profetisa, mujer de Lapidot;(…)”
Producto de la desobediencia del pueblo de Israel,
Dios permitió que fuera sometido a vasallaje o servidumbre y tratados con
crueldad y a la opresión más severa que haya sufrido este pueblo por su
idolatría. Al darse cuenta de esta
acción, claman a Dios por su liberación.
Dos veces sale en la
Biblia el nombre Débora. Una se refiere a la ama de Rebeca, cuya
muerte aparece (o se registra) en Génesis 35:8. Hoy voy a compartir con ustedes
a Débora del Libro de Jueces.
Débora es un nombre de origen hebreo y cuyo significado es “abeja”. Fue
llamada “Madre de Israel”(Jueces5:7); era profetisa, aparece en la lista de
Jueces de Israel. Era esposa de Lapidot y ejercía sus funciones de profetisa “Bajo
la palmera de Débora” (Jueces 4:4 y 5). Este lugar estaba ubicado en el centro
del país (Rama y Bet-el). Se dice que era un bosque de palmeras y que aún es
común en el oriente administrar justicia al aire libre y bajo la sombra de un
árbol frondoso.
Débora era allí consultada por los israelitas de diversas tribus, que
deseaban resolver sus discusiones, peleas, etc.; situaciones que los jueces
locales no podían resolver, por ser casos demasiado difíciles, además, las
peleas entre las 12 tribus de Israel, eran complejas. La función de Débora era de juez, en el sentido corriente o básico del
término, y no en un sentido militar. Ya que JUECES era un término que se usó
para levantar a libertadores del
pueblo judío (Dios así lo dispuso. Jueces 2:16 “Y Dios levantó jueces que los
librasen de manos de los que le despojaban”).
Débora era una mujer de: Conocimientos, sabiduría y piedad extraordinarios.
Instruida en los conocimientos divinos, los cuales adquirió
por el Espíritu Santo de Dios. Como interpretaba la
divina voluntad de Dios, ya había llegado a tener una influencia extensa, y
gozaba del respeto general. Tan grande era su influencia que llegó a ser el
“espíritu animador del gobierno” y ejercía todos los deberes especiales de
juez, excepto el de dirigente militar.
Promovió entre las tribus dispersas un sentido de: Unidad y lealtad a Jehová
(Dios) que les hacia falta para la lucha con los cananeos. En el tiempo que
ocurrió este episodio, ___ los jueces___las tribus de Israel estaban
esparcidas. No había una CONCENTRACION de todas las fuerzas en caso de un
ataque enemigo, cada tribu trataba de hacer su propia fortaleza. Débora sentía
que Dios la estaba llamando para hacer algo que en ese momento era necesario:
Unir al pueblo en un ejército.
En
los versículos 6 y 7 Débora usando su autoridad de juez envía a llamar a Barac
y le recuerda lo que Dios le había mandado hacer… : “Y ella envió a llamar a Barac hijo de Abinoam, de Cedes de Neftalí, y
le dijo: ¿No te ha mandado Jehová Dios de Israel, diciendo: Ve, junta a tu
gente en el monte de Tabor, y toma contigo diez mil hombres de la tribu de
Neftalí y de la tribu de Zabulón; y yo atraeré hacia ti al arroyo de Cisón a
Sísara, capitán del ejército de Jabín, con sus carros y su ejército, y lo
entregaré en tus manos?” Barac… ¿Qué le respondió a Débora? Lo leemos en el
versículo 8: “(…): Si tú fueres conmigo,
yo iré; pero si no fueres conmigo, no iré”
Esta petición pareciera poco varonil ¿verdad? Sin
embargo, Barac era un hombre inteligente. Los orientales siempre llevan consigo
al campo de batalla, lo que le es más valioso o caro; creen que por el valor que
tienen lo que llevan, les hace(o harán) luchar mejor.
Débora era respetada y querida. Barac sabía que la presencia de ella,
daría fuerzas a las tropas y los estimularía para derrotar al enemigo.Débora le
ordenó a Barac lanzarse a la guerra contra Sísara, capitán del ejército
opositor del cananeo Jabín. Ante la insistencia de Barac para que le
acompañara, ella accedió. El resultado fue la decisiva derrota de Sísara en la
batalla de Cisón Jueces 4:15; 5:19ss).
Débora era una mujer temerosa de Dios. Dirigida por el Espíritu Santo
para interpretar la voluntad divina. Era respetada y querida por su sabiduría,
conocimiento y piedad. ¡Qué importante fue, en un momento difícil del pueblo
judío! Unió a sus habitantes
para pelear contra el enemigo.
A
través de esta historia bíblica relatada en Jueces, podemos sacar algunas
enseñanzas para nuestras vidas o recordar y actualizar nuestra posición frente
a la sociedad y al servicio cristiano.
Débora tiene una actitud de reconciliación. Tanto tú como yo, podemos
serlo en nuestro hogar, cuando surgen dificultades o malos entendidos y también
en el entorno en que nos movemos o participamos. Podemos echar el aceite que
calma la tempestad, cuando no hay como comprender.
Para poder hacerlo debemos: Vivir
unidos a Dios. Ya que así como podemos ser un medio de reconciliación, también
podemos contribuir a las divisiones y las rencillas cuando NO obramos bajo la
dirección del Espíritu Santo. Débora
sabía lo que el Señor demandaba de ella y estaba lista y capacitada para
hacerlo. Muchas veces no podemos servir porque no estamos listos, ni menos
capacitados para la función que se nos encomienda o solicita.
Vemos a esta mujer, Débora, entregada a Dios, para aportar el valor en
el momento cuando todo iba mal y hacia la derrota total. La fe de la mujer da
valor al hombre en la prueba… Débora cita las promesas de Dios en Jueces 4:14 “Entonces Débora dijo a Barac: Levántate,
porque este es el día en que Jehová ha entregado a Sísara en tus manos. ¿No ha
salido Jehová delante de ti? Y Barac descendió del monte de Tabor, y diez mil
hombres en pos de él”
En
vez de ser una carga con nuestras quejas y nuestras vacilaciones en las horas
de la prueba ¡¡¡Cuán bien podríamos aportar mostrando valor y fe en Dios!!! Con
palabras de aliento; palabras basadas en la experiencia real y verdadera en el
Señor. Además en las inmutables (que no cambian) promesas de Dios que siempre
dan valor y fe…
Dios honró la fe y el valor de Débora, porque leemos de aquella prueba y
de aquella victoria (Jueces 5:20-21) “Desde
los cielos pelearon las estrellas; Desde sus órbitas pelearon contra
Sísara. Los barrió el torrente de Cisón,
El antiguo torrente, el torrente de Cisón. Marcha, oh alma mía, con poder”.
Finalmente, pidamos a Dios estar preparados como
Débora para ser:
Un medio de reconciliación en nuestros hogares; un
medio de reconciliación en el ambiente en que nos movemos. Ser un medio o un
instrumento para reconciliar a otras personas con Dios, llevándolas a los pies
de Cristo. Que estemos listos y preparados cuan Débora de antaño con una fe
viva en Dios y con un valor extraordinario en la hora de la crisis. Corintios
5:18ss nos dice: “Y todo esto es de Dios (…) que nos dio el ministerio de la reconciliación
(…) y que ha puesto en nosotros la palabra se la reconciliación en Cristo” Amén
y amén.-
Myriam Barrera Pérez.-
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