Joyas de un cristiano.
Objetivo general:
Que las personas sean capaces de observar las promesas de Dios como hermosas joyas que están para nuestro bienestar, y que podemos acceder a ellas libremente.
Nuestros objetivos específicos por área serán:
En el aspecto cognitivo (conocimiento):
Que las personas sean capaces de saber que las promesas bíblicas fueron dadas por Dios para las personas que creen y Él y hacen su voluntad.
En el aspecto afectivo (emocional):
Que las personas sean capaces de sentir en sus vidas el deseo de atesorar las promesas de Dios (joyas) en su corazón, para ponerlas en práctica y vivir de acuerdo a estas convicciones.
En el aspecto volitivo (voluntad):
Que las personas sean capaces de apropiarse de las promesas que Dios ha dejado en su Palabra.
Materiales: Confeccionar figuras de ostras y colocar los versículos dentro de ellas en papeles blancos redondos simulando una perla. Y a medida que se entrega la lección se saca el papelito correspondiente y se lee para todo el grupo.
Introducción: ¿Han oído hablar de los buscadores de perlas? Son hombres que descienden al mar en busca de ostras que contienen perlas, las que después de someterlas a cientos procedimientos cobran un gran valor y dan gran ganancia. Muchas veces estas personas arriesgan su vida en la búsqueda de estas perlas.
Hoy hablaremos de otra clase de perlas que tienen gran valor para el cristiano, cuando se apropia de ellas.
I. ¿Para quién son estas joyas o perlas?
Todas las promesas fueron dadas a las personas que aman a Dios.
Mencionaremos algunas:
1. La presencia del Señor (Éxodo 33.14).
Esta promesa fue dada a Moisés pero también puede ser para nosotros, sobretodo cuando hacemos algo en Su obra.
Salmo 32.8, dice: “Sobre ti fijaré mis ojos”. Aparte de que el Señor puede guiarnos y enseñarnos, sus ojos están sobre nosotros.
2. La paz de Cristo (Juan 14.27; Salmo 4.8).
La paz que El nos ofrece es perfecta, no es pasajera, ni insegura como la que ofrece el mundo.
3. El Señor suple nuestras necesidades.
Aunque Pablo está hablando aquí acerca de la manera como recompensará Dios a los filipenses por su generosidad al enviar a él ayuda; sin embargo, podemos tomarlo como una promesa para nosotros, recordando que el Salmo 23.1 dice “Jehová es mi Pastor, nada me faltará”.
II. ¿Cómo adquirirla? (Jeremías 33.2).
Pedirlas al Señor (Salmo 91.15ª).
El Señor responderá, aún cuando sean cosas imposibles para nosotros, porque El tiene el poder para hacerlo.
2. Escudriñando las Escrituras (Hechos 17.11).
Este versículo dice que los hermanos de Berea eran más nobles que los de Tesalónica, porque recibieron la palabra y la escudriñaron cada día.
III. ¿Cómo disfrutar de ellas?
Junto con buscar las promesas en la Biblia tenemos que apropiarnos de ellas.
1. Cristo nos llamó para ser sus hijos (2º Pedro 1.4).
2. Dios es fiel para cumplir (Salmos 119.90, Josué 21.45).
¡Qué hermoso es pensar que Dios no falta a su palabra!
Aplicación: Hemos considerado como adquirir y disfrutar algunas de las promesas y hemos mencionado otras, aunque son muchísimas las que encontramos en la Biblia. Pero lo más importante no es saber cuántas hay, sino apropiarnos de ellas en los momentos difíciles, de duda o temor. No necesitamos dinero para adquirirlas sino creerlas.
El Señor nos ayude para disfrutar de ellas.
FIN
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